martes, 12 de noviembre de 2013

Trabajo de la Sierra de Cazorla, Segura y las Villas

Clima: El Parque Natural se encuentra bajo la influencia del clima mediterráneo, predominando las precipitaciones repartidas de forma irregular a lo largo del año, siendo relativamente escasas durante primavera y verano y abundantes durante el otoño e invierno, y en forma de nieve durante esta última estación en las zonas más altas; los veranos son secos y calurosos.
Las condiciones locales son muy variables, dentro de éste carácter tan global, con  oscilaciones térmicas muy amplias y variables debido a la diferencia de alturas. En la Depresión del Guadiana Menor, apenas se registran heladas durante el invierno, mientras que en las cumbres perdura la nieve durante meses.



Flora: Los densos encinares y pinares, los frondosos quejigales y distribuidos por la variable orografía de las sierras del Parque han quedado reducidos a formaciones más homogéneas y menos amplias, ya que el aprovechamiento maderero que de estas sierras se ha hecho durante los últimos siglos ha sido muy alto, originando una pérdida de diversidad del bosque original. Por consiguiente, los bosques de las Sierras de Cazorla, Segura y las Villas, están dominados hoy día por el PINAR, apareciendo también, aunque de forma más localizada el encinar, y de forma puntual el melojar o el avellanar.
      

Fauna: El buen grado de preservación de los ecosistemas viene marcado en la presencia de pequeños microdepredadores o mamíferos carnívoros, de los que aparecen en este Parque un buen número de especies, entre las que destacan el zorro, la garduña, el tejón, el gato montés, la jineta y la nutria.



El número de ANFIBIOS asciende a casi una docena de especies, entre las que destacan el sapillo partero, la salamandra o "tiro o lagarto de las nubes", que es frecuente en las zonas húmedas y el tritón jaspeado presente tan solo al norte del Parque, en la Sierra de Segura.




 Entre los REPTILES aparecen varias especies de serpientes, destacando la Víbora hocicuda. De vital importancia es la presencia de la Lagartija de Valverde descubierta en 1.959 por José Antonio Valverde, uno de los creadores del Parque de Doñana; su distribución geográfica conocida se limita a las Sierras de Segura, Cazorla y a la vecina Sierra de Alcaraz, constituyéndose por tanto en un interesante ende mismo faunístico de esta zona. 




En cuanto a lo que PECES se refiere, destacan como especie autóctona la trucha común, que busca las aguas cristalinas, oxigenadas y frías de ríos y arroyos de montaña. Hace varias décadas que se introdujo la trucha arco iris, causante de la drástica reducción de la trucha común en nuestros ríos.



Entre las rapaces destacan el águila real, el azor, el águila culebrera, el águila perdicera, el cárabo la lechuza común o el búho rea, todas ellas residentes permanentes. Otras sin embargo, sólo pueden ser observadas durante las épocas de migración o invernada, como el águila pescadora, el gavilán, el halcón abejero, el cernícalo vulgar, el cernícalo primilla y el autillo entre otros, siendo esta última rapaz la única especie migradora de las rapaces nocturnas de la sierra, donde viene a criar desde el sur del Sahara. En cambio el águila culebrera europea, el águila calzada, o el alcotán, sólo están presentes durante la época de nidificación. Los farallones verticales nidifican el buitre leonado y el alimoche. Mención especial tienen dos enermes rapaces que vuelven a sobrevolar los cielos serranos, por un lado el quebrantahuesos, carroñero de gran envergadura y majestuoso vuelo que dejó hace años de surcar los cielos de estas serranías y que ha vuelto gracias a un ambicioso proyecto de reintroducción. Por otro lado, el águila imperial ibérica, las más grande de nuestras rapaces, que sobrevuela  el parque y ha vuelto a anidar en la Sierra de Segura.



Relieve: Aunque la mayoría de la superficie se sitúa por encima de los 1.000 metros, la amplitud altitudinal es una de las características esenciales para poder entender la variabilidad del paisaje y el profundo contraste existente entre distintas zonas del parque natural, así como la biodiversidad tan extraordinaria que encontramos.
El Parque Natural de las Sierras de Cazorla, Segura y Las Villas forma parte de la Cordillera Bética, constituyendo la zona más próxima al antiguo continente, el dominio Prebético, una antigua plataforma marina en la que se diferencian dos zonas en función de su cercanía a la antigua línea de costas (Sierra Morena): el Prebético Externo – Sierra de Cazorla y Las Villas principalmente – y el Prebético Interno – Sierras del Pozo y Segura.-



Pueblos: Quesada, Cazorla, Hinojares, Peal Becerro, Burrunchel, Beas de Segura, Coto Ríos  Huesa, Los Rosales, Chiruevas, La Iruela, Cortijuelo, Arroyo Frío,  Santo Tomé, Orcera, Hornos de Segura, Villanueva del Arzobispo, Pozo Alcón, Villacarrillo, Villarodrigo,
Siles, Benatae, Puente Génabe, Torre Albánchez, Segura de la sierra, La puerta Segura, 
 Arroyo Ojanco, Iznatoraf,  Génabe, Sorihuela de Guadalimar.



                 
.
 Ríos: Gualdalquivir, Borosa, Gualdalimar, Gualadema, Aguasmulas, Gualetín, Aguscebas y Segura.




Suelos: El terreno es de piedra caliza porque hace miles de años este parque natural era un mar




Problemas ambientales: La principal amenaza del parque, tanto para la flora como para la fauna son los incendios forestales, que ya han tenido lugar, y cada vez con más frecuencia, con desastrosas consecuencias en algunas zonas del parque.
Al ritmo de desarrollo de ésta gravísima amenaza, sería vital para que el parque sobreviva un incremento proporcionalmente mayor del esfuerzo de los planes de prevención, vigilancia y extinción de incendios, respecto del aumento exponencial del riesgo de incendios que se observa año tras año.



    Otra amenaza a consecuencia de la sobreexplotación turística donde en puntos como Arroyo Frío, donde más ha crecido la oferta turística en los últimos años, no lo ha hecho así las infraestructuras y, por ejemplo la depuradora de Arroyo Frío pensada para unas 400 personas se ve saturada todos los fines de semana donde se supera en más de diez veces este número, causando el vertido de aguas fecales sin la suficiente depuración en el Guadalquivir con el consiguiente perjuicio para la fauna y flora.



    Las epidemias, como las de Sarna que diezmaron la población de Cabra Hispánica en la década de los noventa, o la del Cangrejo de río que a raíz de un hongo que se propagó con la introducción de cangrejo americano prácticamente ha extinguido al cangrejo común. Igualmente, la flora sufre epidemias que matan y enferman extensas zonas boscosas, como la procesionaria de las coníferas.



    Otros problemas menores pero también presentes son la caza furtiva, la reducción y fragmentación de hábitats, los atropellos en las carreteras del parque, la extracción de madera, etc. El cambio climático, ya presente, ha supuesto una mayor irregularidad del nivel pluviómetro en Cazorla, lo que también va a poner en peligro la conservación de la flora autóctona y de todo el ecosistema por extensión.



    Realizado por:  Daniel y Ramón

    No hay comentarios:

    Publicar un comentario