viernes, 28 de marzo de 2014

Capitulo de Platero y yo "La púa"

Entrando en la dehesa de los Caballos, Platero comienza a cojear. Y Juan Ramón Jimenez se echa al suelo...
-Pero , hombre, ¿qué te pasa?
Platero ha dejado la mano derecha un poco levantada, mostrando la ranilla, sin fuerza y sin peso, sin tocar casi con el casco la arena ardiente del camino.
Con una solicitud mayor, sin duda, que la del viejo Darbón, su médico, Juan Ramón dobla la mano y le  mira  la ranilla roja. Una púa larga y verde, de naranjo sano, está clavada en ella como un redondo puñalillo de esmeralda. Estremecido del olor de Platero, Juan Ramón tira de la púa; y se lo lleva al pobre al arroyo de los lirios amarillo, para que el agua le lame la heridilla.
Después han seguido hacia la mar blanca, Juan Ramón delante, Platero detrás, cojeando todavía y dándome suaves topadas en la espalda.

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