Autor: Esopo.
Resumen: Erase una vez, un ciervo que se fue al río a beber agua. El ciervo observo su cuerpo reflejado en el agua y se dijo:
-¡Que bonita es mi cornamenta! Pero en cambio que patas tan flacuchas tengo y que feas son. Voy a ir ha enseñarle mis cuernos a mis amigos y a presumir de ellos.
El ciervo mientras estaba distraído mirándose reflejado en el agua no se dio cuenta de que un león lo estaba observando desde lejos. Cuando paró de mirarse reflejado en el agua, el león salió disparado a por él pero el ciervo reaccionó rápidamente gracias a sus patas. Aunque el león lo seguía el ciervo le sacaba una gran distancia de ventaja. A lo lejos se encontraba el bosque.
El ciervo pensó:
-Si consigo llegar al bosque, no me será difícil esconderme para escaparme de el león.
El ciervo entró en el bosque. Pero se dio cuenta de que sus cuernos se habían enganchado en las ramas de un árbol y estaba atrapado. Intentó salir de allí muchas veces pero no pudo, menos mal que le tenia mucha ventaja al león. Cuando el león ya estaba cerca, ferozmente, sus cuernos golpearon violentamente los arboles. ¡Y pudo escapar!
Cuando ya se escapó del león el reflexionó:
-Que grave peligro he corrido por culpa de mi cornamenta. Si no llega a ser por mis pata... Y pensar que hace un momento me avergonzaba de ellas...
Moraleja: Esta historia del ciervo te hace ver que a descubrir lo valioso has de aprender.
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