Autor: Gianni Rodari
Resumen: Erase una vez un hombre que se llamaba Juanito, que decidió ir a Roma porque el era
especialista en tocar narices y se la quería tocar a toda la gente importante que hubiera allí, pero especialmente al rey. Sus amigos no paraban de decirle que era muy peligroso, porque si el rey se enfadaba podía perder la cabeza, pero Juanito era muy tozudo y no les hizo caso. El pensaba que no era muy difícil. Al llegar a la ciudad, preguntó donde vivían el gobernador, el presidente y el juez y fue a tocarles la nariz. Los tres se quedaron alucinados, porque vieron que Juanito parecía una persona muy educada y que sabia hablar de todos los temas, incluso el presidente se enfadó un poco. Juanito tenia una libreta pequeña donde anotaba el nombre de las personas a las que les tocaba la nariz pero se tubo que comprar otra mas grande porque le quedaba chica. La oportunidad de Juan estaba al alcance, vio al rey subiendo a una carroza. Juanito dio un salto y subió a la carroza y mientras el rey le hacia una gran sonrrisa con la punta del dedo frotó la nariz del rey. Cuando el rey abrió la boca para decir algo Juanito ya se había marchado, los ciudadanos aplaudieron y subieron a la carroza a estirarse de la nariz al rey. Entonces lo de estirar de la nariz se hizo famoso, ya en vez de hacer una reverencia le estiraban de la nariz.
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